Mandy Bright trabaja de enfermera en el hospital general de Budapest y aplica unos tratamientos muy particulares con los pacientes, se aprovecha de su debilidad y los trata como esclavos. Pero la verdad, a ellos poco les importa, más bien les gusta, se está corriendo la voz por la ciudad y acuden todos los hombres fingiéndose enfermos solo para ser tratados por la enfermera Bright que siempre lleva un traje de látex negro y se masturba el ojal frente a ellos. Hoy la vemos ni más ni menos que con tres, poniéndolos como motos, tratándolos como a perros pero comiéndoles los rabos de dos en dos mientras obliga a otro a observar la escena y los mantiene calientes para que luego le se turnen y le follen el culo tras lo cual recibe de buen grado una doble penetración y tres lefazos para su boca golosa.
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