Dora Venter trabaja como médico de la sanidad púbica y hoy le han encomendado una misión visitar un Hospital donde se cree que se están realizando experimentos ilegales para sonsacar información, como sea. Y ya sabéis lo que eso significa, así que allí se dirige y empieza por un practicante con contrato temporal al cual, dada su precariedad laboral y su escaso sueldo, se la trae un poco floja lo que le pase a la institución por lo que enseguida atiende a las súplicas de la doctora Venter a cambio de un buen polvo en el que vivirá posiblemente la mejor mamada de su vida y sabrá que se siente follando con una bomba sexual totalmente predispuesta al sexo anal y a tragarse corridas faciales a cambio de muy poco.
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