La tremenda Judith Fox con sus dos tetazas pasea por la montaña nevada esperando que un hombre venga a visitarla para echar ese polvazo alpino que siempre ha soñado. Pero no aparece uno, sino dos. Viendo que es su día de suerte, enseguida se arrodilla y empieza a comérselas ahí mismo dando inicio a un polvazo en el que podremos disfrutar del hermoso panorama de ver el felpudo de la Fox en acción, encajando pollas hasta que los chicos tengan a bien reventarle el ojal, algo que a juzgar por sus gemidos, nos parece que le gusta casi más. Aunque nada comparable con una doble penetración, lo que para ella representa una doble alegría que no parará hasta el final en que disfrutará del doble placer de llevarse dos corridas para su boca tragona. Así que esquiadores alpinos, tranquilos porque si no nieva, Judith Fox se encargará de poner en marcha los cañones de nieve.
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