Judith Fox es otra de nuestras grandes divas, con sus enormes peras, su culo perfecto y el vicio que emana por todos los poros de su piel se pone como una moto cuando oye el rugido del motor de los coches deportivos. Ama la velocidad y cada vez que ve un coche de estos se masturba compulsivamente. Afortunadamente, aquel día estaba el dueño dentro así que no le hizo falta masturbarse más porque enseguida se llevó su rabo a la boca y empezó a comérselo para luego pasar a hacer realidad una de sus fantasías, follar sobre el capó de un deportivo. No sabemos si el sexo anal formaba parte de su fantasía pero por si acaso se lo hicimos y, a juzgar por sus gemidos, parece que le gustó, como la corrida que se llevó, de la que os puedo garantizar que no dejó ni gota.
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