Ya conocemos de sobras a Sophie Evans, hoy la vemos aquel día que vino para hacer unas prácticas de secretariado a nuestras oficinas. Vimos que la chica no valía mucho para aquella labor, sin embargo estaba tan buena y era tan viciosa que bien pronto le encontramos alguna ocupación mejor. Mirad sino cómo se trajinó en el ascensor al jefe de ventas y al director de recursos humanos. No salían de su asombro con aquella chica, le comían el coño con devoción y ésta agradecida se agachó para comérsela a los dos. Todo lo demás fue un sueño, los azotó como una dómina y montó sobre ellos como una vaquera. Disfrutad con su meneo de caderas, como ella disfrutó dándole al anal o llevándose una doble penetración hasta por fin llevarse dos corridas faciales. Ni que decir tiene que se labró un futuro con aquello. Y es que Sophie Evans era una musa con todas las letras, deberíais perdonarle sus pecados de madurez.
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