A veces un hombre tiene que irse al río a reflexionar en soledad pero ni en esos momentos puede estar tranquilo. Siempre puede aparecer una hembra espectacular que nos aparte de nuestras reflexiones y nos obligue a atender a cosas más mundanas. Eso le pasó a David cuando ensimismado en sus pensamientos vió bajar del Jeep a la tremendísima Sandra Iron y claro, se olvidó de todo y empezó a sobarla de arriba abajo, dejando a la vista sus perfectas peras y perdiendo el mundo totalmente de vista cuando ésta se agacho a comérsela y dar inicio al polvo más espectacular de su vida con su ración de anal y su corrida facial incluida. Y atención señores, uno de los polvos cinco estrellas de la casa, así que atentos porque esto no lo decimos siempre.
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