Katakyn trabaja de sirvienta en casa de un marqués de la Rusia zarista, hoy el marqués después de una agria discusión con su esposa la ha visto limpiando el salón y al verla ha pensado que lo mejor para relajarse sería echarle un polvo a la sirvienta, algo a lo que ésta no ha puesto ninguna objeción. Así a la que el marqués le ha dicho chúpamela, ella obediente, se ha arrodillado y ha empezado con la labor. Y de tan bien que lo hacía enseguida el marqués la ha obligado a poner el culo en pompa para de ese modo follársela como a una perrita proletaria tras lo cual la ha obligado a ponerse encima suyo para verla cabalgar hasta que por fin se ha decidido a encularla, dejándole claro a la sirvienta quien forma parte de las clases dominantes y quien no, algo que con la corrida facial posterior le ha quedado definitivamente claro.
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