La preciosa Tania Russof, que por aquel entonces era señora de su señor, representa en Tatiana a una campesina metida a prostituta que, dadas sus virtudes y su espectacular cuerpo, se convierte pronto en puta de lujo. Por eso sus clientes son siempre los más exclusivos, como este marqués amigo del zar que prendado de ella la hace venir a su mansión y tratarla mejor que a una zarina en la mesa para luego llevársela por fin a su dormitorio para saciar sus instintos más bajos con ella. Disfrutad de esta hermosura que enfundada en un corsé está todavía más espectacular y que hoy no volverá a casa sin llevarse una buena dosis de anal. Ese culo es una maravilla y no se merece menos, como su cara que es tan hermosa que seguro que con una ración de leche en la cara estará todavía mejor.
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