La gran Silvia Saint representaba en esta escena a una call girl, es decir una puta que se sometía a todo aquello que sus clientes le pedían. Aquella vez prestó sus servicios a un obseso que no tenía suficiente con una, quería dos, por eso se trajo a la espectacular morenaza Kate More, otra gran diva del pasado junto con la cual se dedicarían a hacer feliz a aquel cliente. ¿Cómo? Fácil, vestidas en látex y lencería comiéndosela y montándolo como las auténticas yeguas desbocadas que eran las dos, que no dudaban en turnarse para complacer a su amo y dilatar sus vías más estrechas para llevarse su ración de anal hasta compartir el fruto de una corrida, que cayó de la boca de Silvia para caer en el rostro de Kate, y es que si son amigas y putas, qué menos que compartir el semen.
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