Gilda Roberts es una prisionera sujeta a los caprichos de sus guardas que a menudo vienen a visitarla con intenciones de lo más lascivas. Y es que Gilda además de hermosa es una viciosa y a la mínima que ve una buena porra no duda en comérsela, algo que los celadores del penal saben perfectamente. Miradla si no hoy, otra vez vuelven a visitarla y ella, sumisa empieza a hacerle una buena mamada a su carcelero que hoy para compensarla decide comerle el coño antes de follárselo, un detalle que no pasará desapercibido para ella y que se lo agradecerá chupando más y dilatando su ojal para que la enculen bien enculada hasta llevarse una buena dosis de crema facial.
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