Dora Venter es una madurita que acaba de tener una avería en el motor de su coche. Apurada, ha llamado a su marido que le ha recomendado un mecánico. Afortunadamente la avería no ha sido grave y se ha podido solucionar fácilmente. Llegado el momento de pedir la cuenta no ha habido ningún problema para pactar el precio, pues en sus fantasías, Dora siempre había deseado montárselo con un mecánico grasiento. Así que ahí la vemos con el mecánico y su ayudante en el taller y pasando una doble inspección de bajos. Como un vulgar zorrón se ha puesto comiendo a izquierda y derecha ansiosa por que le reventasen el ojal y le hiciesen un DP, otra de sus fantasías recurrentes. Dos lefazos en su cara y en sus tetas han culminado la reparación tras lo cual ha llamado a su marido para decirle que todo había ido perfecto.
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