Viktoria sube las escaleras meneando el culito como los mejores zorrones. Y es que esta preciosidad de rostro casi oriental aunque húngara de pura cepa sabe perfectamente a lo que ha venido, a comerse un rabo y tal vez con eso pueda disfrutar de la oportunidad de volver a trabajar con nosotros. Y la verdad es que la chica, a pesar de la inexperiencia evidente, lo hizo muy bien, no se olvidó de llevar el piercing en la lengua que le pedimos, comió con devoción mirando siempre a cámara y sacudió ese pollón hasta provocar que explotara en su cara. Es una pena que no la hayamos vuelto a ver trabajar con nosotros, así que vosotros disfrutad de este, su único trabajo con private y yo miraré si encuentro su teléfono para ver si le apetece volver a trabajar con nosotros.
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