Envueltas en un increíble paisaje, Diana Gold y Sahara Knite van más cachondas que una perra en celo. ¿La suerte? Que tienen a un "pobre" chico esperando ser devorado. Y como no pierden el tiempo ni la una ni la otra, deciden chupársela hasta el fondo y follárselo encima de las rocas, mientras él se pega una buena mariscada comiéndose la almejita de Diana Gold. Entre las dos se van combinando la polla del tío: cuando una folla la otra se masturba viendo el cachondo panorama y viceversa, creando así una sintonía perfecta de gemidos. Ambas se corren tantas veces como su coño permite y acaban chupando ese afortunado rabo y morreándose con los labios llenos de lefa.
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