Lydia St. Martin se viste hoy de Martha una de las conquistas que nos explicó en sus diarios el seductor italiano Giacomo Casanova. Martha era una madurita de alta alcurnia obsesionada con su edad pero tremendamente hermosa y con un tetamen digno de mención. Con estas credenciales, Giacomo no pudo sino seducirla, le prometió la eterna juventud si dejaba que posase sus manos sobre ella y ya puestos le posó la polla en la boca para que empezase a exprimir su elixir. Menuda mamada le hizo, como buen MILF sabía lo que se hacía, quería que la pusiesen a cuatro patas y la montasen y así fue como procedió Casanova, bueno así y follándole el culo hasta acabar corriéndose entre sus peras en una cubana memorable. Y es que Casanova sabía sacar tan buen partido de los mejores atributos de las damas como de sus joyas con las que éstas le pagaron más de una vez sus servicios.
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