Debe de ser jodido trabajar de camarero en un crucero mientras ves a los afortunados turistas pegándose unas buenas vacaciones. Pero la cosa se puede llevar mucho mejor si Kristi Lust trabaja allí también. Es el caso de este tío, que harto de poner la mesa cuidadosamente, engancha a esta rubia por banda y se lo montan en pleno restaurante. Ella encantada, le come la polla como una loca sin parar, paseando su lengua arriba y abajo, hasta que el tío la perfora por el coñito y por el culo. Un polvazo en mitad del salón y en el suelo que acaba con una corrida en la cara de esta mazizorra y en la moqueta de este barco. Pero como no toda la lefa ha entrado en su boca, el tío coge una cucharita y se encarga de que se la trague toda.
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