Judith Key trabaja en unos apartamentos turísticos en los Alpes italianos y siempre colma de atenciones a sus visitantes, la mayoría pijos de ciudad ansiosos de practicar el esquí. Hoy como cada mañana prepara el desayuno y entre los entrantes hay una sopa, cuando el primer esquiador baja a la cocina le protesta por el menú y le dice que prefiere comer otra cosa... a ella, claro. Mirad pues como empieza a sobarle sus preciosas peras tras lo cual le arranca las medias para meterle mano bien metida y ponerla tan cachonda que se lleve de premio una buena mamada previa al polvazo que después echan ahí mismo, entre los fogones o sobre la mesa donde le revienta el culo que arde a cada embestida del esquiador quien ya tiene los huevos a punto de nieve y prestos para echarle una buena descarga en la cara para que la camarera también tenga su ración de desayuno.
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