La morenita Franki acude ataviada en lencería negra de la cabeza a los pies, para ver a uno de sus prisioneros que mantiene en una celda, vestido en cuero con una máscara para anular su personalidad, hoy le dará un merecido premio. Se enfundará una bolsa en la cabeza y de esta guisa le hará una mamada, algo que él agradecerá comiéndole el coño a su ama y poniéndola de pie contra la pared para echarle un señor polvo en el que, por supuesto, no se olvidará de darle por el culo, en una tremenda sesión de sexo anal que acabará como acaban estas cosas, con una corrida que dejará su precioso conjunto de media de seda maculado de esperma. Un pequeño placer fetichista.
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