Ellen Saint es una de las sospechosas más habituales de la casa. Durante años esta rubia menudita nos ha tenido cautivados. Y ahora al cabo del tiempo reunimos el valor para confesarlo, Ellen nos gustas y esos quilitos de más que han ido cogiendo tu cuerpo, se han puesto en las caderas y en las tetas, que es lo que más nos gusta de las mujeres. Así que, aunque ya no tengas aquel cuerpecito perfecto de adolescente traviesa puedes seguir jugando con la comida como haces en esta escena, embadurnado de nata la polla de tu parteneire o tu propio cuerpo para que te coma él...o cualquiera de nosotros Ellen, porque queremos comerte, destrozarte el coño y metértela por detrás hasta corrernos en tu boca. Aunque, Ellen, también nos conformamos con verlo, así que enséñanos que sabes hacer que seguro que no eres tan santa como dices ser.
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