La espectacular Simony Diamond ama la velocidad, por eso cuando ve los lujosos coches deportivos italianos no puede evitar ponerse como una moto y restregarse con ellos. Es por eso que se enrolló con un mecánico, para pasarse el día en un taller viéndolos y de paso proporcionar algún servicio extra a los clientes de su marido, como a este, que en cuanto vino a recoger su bólido se llevó un polvazo memorable. Simony se la comió con devoción así que enseguida la puso contra el capó y empezó a meterle caña sin olvidarse, por supuesto, de una buena dosis de sexo anal, algo que para nosotros es sinónimo de trato preferencial, con eso y con una buena corrida facial, podemos asegurar que tanto el cliente como ella quedaron satisfechos.
+ -