La musa venezolana, Victoria Lanz se encontró con la espectacular polaca, Angelika Wild en un club nocturno. Ni que decir tiene que el flechazo fue instantáneo y al instante empezaron a sobarse la una a la otra, quien sabe si conscientes de que un hombre las espiaba a través de unos, nada disimulados agujeros, uno de los cuales aprovechó para poner su polla para ver qué pasaba. Y efectivamente, pasó lo que esperaba, las chicas, sedientas de sexo empezaron a comérsela con devoción, tras lo cual dejaron que el hombre cruzara esa barrera y empezase a darles una buena ración de polla a las dos sin ni tan siquiera respetar su agujero más sagrado, claro que a ellas esa dosis de sexo anal les gustó casi tanto como la ración de esperma que poco después se llevarían sus rostros, los rostros de unas devoradoras de esperma.
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